Cada cierto tiempo, sin que sea un periodo concreto, el local de AREMAF parece que va a estallar, y guarda más parecido con Valdemingómez que con el local de una asociación o un taller.
El problema es que el Diógenes ferroviario que padecemos, más las piezas que se van retirando en los trabajos, herramientas, botas, monos guantes, documentación hacen del local un sitio inaccesible. Entonces un día comenzamos a jugar al Tetris: sacar todo, ordenar, darle mil vueltas a las cajas hasta que donde había tres ahora hay cuatro y un archivador. La Hilti encuentra por fin su sitio y aparece la llave grifa que no veíamos desde que estuvieron aquí los de Monforte con la Mikado. Hoy era ese día.
Lo malo es que siempre decimos lo mismo «esta vez ya no cabe más, ya si que hemos llegado al tope» pero siempre nos superamos. Tenemos miedo de que llegue el día del «tope» pero nos la jugamos. La otra frase típica es «por favor, que esto dure así». Ilusos…
Pero no por esto hemos parado con el Zaragoza. Después de comer ha habido tiempo para masilla y orbital y hasta hemos colocado los cristales de las puertas de los costados. Vamos que el 9121 ya es casi hermético. Pero mejor no probarlo, por ahora.
Así que nada, hoy nos retiramos prontito que tenemos cosas que hacer. Besos para todos.