¿Y del Zaragoza qué?

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Había pasado tanto tiempo sin actualizar el blog que olvidamos que teníamos ya redactadas las últimas noticias del tractor de maniobras 301-006-3. Pero no todo ha sido Memé en estos días, ni mucho menos, en Delicias seguimos trabajando a buen ritmo porque allí tenemos esperando al 9121.

Nuestro otro «gran proyecto», el Zaragoza, ha tenido varios avances en su restauración. Ya os contamos hace poco que habíamos estado sustituyendo todo el cableado de alumbrado del automotor, tarea que ya hemos acabado. También hemos reemplazado los cables de los focos y pilotos en ambos testeros. Hemos creado además un sistema de alimentación eléctrica externa con dos convertidores 220V AC /24V CC que nos permiten alimentar la instalación del vehículo desde una toma exterior. Así podemos probar los diferentes elementos eléctricos del vehículo (faros, alumbrado interior, timbre, etc) y cargar baterías sin tener que bajarlas del vehículo.

Este pequeño sistema lo hemos conectado con las debidas protecciones de interruptores magnetotérmicos, diodos, bornas portafusibles y un relé de desconexión alimentado desde el circuito de arranque del motor que aísla a las fuentes en entrada y salida. Por supuesto, todos estos elementos han sido instalados en un lugar oculto y tratando de respetar al máximo la funcionalidad propia y la estética del vehículo.

Luz de cortesía de los departamentos. Prueba del re-cableado
Luz de cortesía de los departamentos. Prueba del re-cableado

La fase de cableados ha concluido esta misma semana con la renovación del circuito de altavoces para una antigua radio que tiene instalada el 9121. Esta instalación parece hecha en una época muy posterior a la construcción del vehículo -incluso más moderna que la propia reforma que dio origen al 9121 proveniente del 9021 y puede que realizada incluso después de prestar servicio como vehículo adscrito a la jefatura de la 1ªZona- y hemos aprovechado para pasar los cables en mejores condiciones.

Listos para montar los manómetros restaurados
Listos para montar los manómetros restaurados

Las ventanas ya las hemos reparado todas. La mezcla de grasa, suciedad y tiempo habían hecho mella en sus mecanismos y había que ser un auténtico súperhombre para poder subirlas y bajarlas. Ahora van con toda la suavidad que permiten los accionamientos mecánicos, las pesadas lunas y sus pequeñas manivelas.

A falta de algún detalle así es como quedan los manómetros

El pupitre de la cabina 1, la del motor, está muy avanzado, por fin. Nos ha dado algún quebradero de cabeza tener que reconstruir el tablero inferior, pero ya está montado. Sólo faltan los manómetros, a los que les estábamos restaurando las esferas, y el indicador de temperatura del motor, que le pasa lo mismo. En esta cabina existía una gotera que mantuvo el pupitre completamente anegado pudriendo las maderas y estropeando gran parte de sus elementos.

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Hemos terminado el circuito de refrigeración, después de ponerle nuevas abrazaderas, sustituir todos los manguitos de goma y limpiar los tramos metálicos. Al iniciar las pruebas de llenado del circuito han aparecido fugas bastante considerables en el radiador de cabina 1, pero hasta la llegada de uno nuevo (la reparación es más costosa que una nueva adquisición) el que hay ahora mismo nos permite realizar todas las pruebas necesarias teniendo buen cuidado de recrecer pertinentemente el circuito antes de cada arranque. Prueba de ello es que con la ayuda de unas baterías ajenas (estamos intentando recuperar unas viejas) pudimos por fin arrancar el viejo automotor verificando el correcto montaje de muchos de sus elementos ya restituidos o renovados (correas, filtros, circuito de admisión, dinamo, bomba de agua, etc).

Fue toda una satisfacción escuchar el motor Barreiros B-24 funcionar de nuevo. Falta mucho para que el tren pueda volver a desplazarse por sus medios, pero estamos trabajando con ese fin. Prueba de ello es que ya tenemos montados el disco de embrague (con sus forros renovados) y la maza. Esta última ha sido completamente reconstruida pues tenía las patas de presión partidas. También obra en nuestro poder el rodamiento del collarín, y tan sólo nos queda para concluir el montaje del embrague un pequeño casquillo que tenemos que fabricar nuevo porque el anterior también estaba destrozado. Después llegará el momento de ajustar el accionamiento neumático del propio embrague, pero esa parte llegará con todas las pruebas neumáticas. Para ello ya está conectado el compresor del vehículo al circuito, listo para probarse.

Revestimiento del techo en el pasillo

Una fase más de la restauración del Zaragoza que ha comenzado es la de los revestimientos interiores. Aquí ha jugado un importante papel Javier, una de nuestras incorporaciones fichada en el mercado de invierno. Con sus conocimientos de carpintería y tapizados contamos con un importante refuerzo en este área y ya han comenzado el montaje de los revestimientos del techo con madera de balsa. Este apartado es uno de esos de los que sube la moral, puesto que todo avance tiene una gran repercusión visual ya que el paisaje interior cambia tablones imprimados y cables por los revestimientos definitivos que serán pintados posteriormente.

También os comentamos que hemos tenido dos incorporaciones nuevas al  grupo de socios que componemos AREMAF, a los que queremos darles la bienvenida en público (en privado ya se la hemos dado) que ya han empezado a trabajar con nosotros y que vienen a sumar más trabajo, conocimiento e ilusión al grupo. Es un placer seguir ganando amigos con los que compartir nuestra afición.

Os dejamos un vídeo con el momento del primer arranque de prueba que hemos colgado en nuestro canal de Youtube, que ya ni recordábamos que teníamos.

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