¡¡Hola!!

Pues eso, que estamos de resaca.

Jornada de puertas abiertas

Ayer estuvimos presentes en la Jornada de Puertas Abiertas del Museo del Ferrocarril. Este año, a diferencia de otros, la jornada se hizo en domingo, lo cual nos dio algo más de tiempo para preparar las cosas. Este año no pudimos tener nada más que la grúa en marcha, por los problemas en la caja de cambios del Memé.

Además de eso, montamos nuestro stand, en el cual teníamos las camisetas, y como novedad este año, camisetas para niños (el año pasado nos las pedía todo el mundo, pero no teníamos), las chapas que pudisteis ver en anteriores entradas de blog, y una serie de pegatinas con el logo y las letras de AREMAF.

Fueron muchas las personas que pasaron por el stand para informarse de primera mano sobre lo que hacemos, o los vehículos que mantenemos. Otros lo hicieron por curiosidad, y se sorprendieron de ver que existe una asociación de «zumbaos» como nosotros que hacemos esas cosas raras que hacemos. ¡Incluso hubo gente que se acercó para interesarse en cómo hacerse socio! Eso sí que nos llena de satisfacción. Lo del orgullo, lo dejamos para otro día.

Y ahora, cositas sobre nuestro trabajo.

Coche restaurante

Nuestro socio Antonio, que es un auténtico «crack» y que debe tener un pacto oculto con alguien para que sus días sean más largos que los de los demás (porque sino, no se entiende que saque tiempo para todas esas cosas), se presentó el jueves en el Museo con la intención de acabar con el coche restaurante del Museo. A ver, entiéndaseme bien, acabar con él en el buen sentido de la palabra.

Ya sabéis que hace un tiempo estuvimos limpiando la pintada que tenía el coche en uno de sus laterales. Pero, como no podía ser de otra forma, los disolventes tan agresivos que tiene la pintura en spray y los decapantes que usamos para limpiarla, dañaron levemente la pintura original del vehículo. Por eso, junto con la Dirección del Museo, se decidió darle una mano de pintura a la zona afectada. Y a nuestro Antonio le faltó tiempo para presentarse voluntario para buscar el código de color exacto de la pintura, hacerse con los materiales, y organizarlo todo para que el jueves se pintara el coche, y el viernes, con la pintura seca, se le pusieran los filetes amarillos.

Por otro lado, el resto de socios, estuvimos preparando y cortando los folletos, cortando las pegatinas que venían de 4 en 4), preparando las chapas, y seleccionando y organizando las camisetas por tallas. También estuvimos limpiando el mostrador, y colgando el cartel con nuestro logotipo. Y lo más grande y vistoso de todo, el póster explicativo lleno de fotos y a todo color. Bueno, ahí había poco que preparar, porque nos lo trajo Antonio completamente terminado.

Y con todo eso, nos presentamos el domingo poco antes de que abriera el Museo para montar el «tinglado» y encender la grúa. Cerca ya de las ocho de la noche (porque ya era de noche), cerramos el chiringuito, recogimos todo y nos retiramos tranquilamente cada uno a su casa, a descansar lo que pudiéramos porque hoy, lamentablemente, vuelve a ser lunes y tenemos que volver a nuestros trabajos normales, esos en los que te hacen fichar y te echan la bronca si llegas tarde.

Saludos cordiales.