Pues eso, que entre sábado y sábado: un miércoles. Sí, un miércoles más que nos hemos ido a Delicias a ver que hacíamos por «la preservación y puesta en valor del patrimonio ferroviario». Eso tan grandilocuente pone en nuestros estatutos. Pero la verdad es que los miércoles siempre son mucho más «light».
Más de merendar y charlar porque todos llegamos hechos puré del curro, pero aún así los más entusiastas se calzan el mono y las botas y reparan el husillo del Memé al que le faltaba un pasador; y acto seguido rellenan las garrafas de aceite que consume el propio 301. Mientras otros se pelean con un puñado de válvulas con el teflón y la llave inglesa y parece que algún acople ha encogido porque ahora la pieza se queda más corta de la cuenta.
Leer más