Aquí estamos de nuevo tras el paso del verano. En este mes de agosto con las vacaciones de los socios hemos bajado el ritmo de trabajos, que aunque no se ha llegado a parar del todo, sí ha sido muy escaso por la falta de personal. No entiendo por qué prefieren irse a la playa, a conocer otras ciudades, al pueblo de turno o simplemente quedarse en la piscina en vez de eliminar toxinas sudando la gota gorda dentro, debajo, e incluso encima del Zaragoza.Y sólo hablamos del 9121 porque como ya hemos dicho lo del Memé queda supeditado a la posibilidad de nuestros socios responsables de poder trabajar en el interior del TCR de Villaverde y esto es más complejo y en agosto nos ha sido imposible. Pero con el automotor 9121 ya tenemos tarea suficiente como para no aburrirnos ni en verano ni en otoño, y ha habido avances que paso a enumerar:
Se ha reparado el «embrague de auxiliar» que posee el automotor. No sé si os lo hemos contado anteriormente pero el automotor tiene -como para casi todo- un mando neumático para accionar el embrague. No sabemos si en previsión de solventar posibles averías, o a consecuencia de haber padecido varias de ellas, el vehículo está dotado de un accionamiento manual mediante sendas palancas situadas en cada cabina que a través de un cable de acero permite acoplar y desacoplar el embrague para poder engranar y desengranar la velocidad que se desee. En un principio vimos que los accionamientos estaban rotos. Simplemente desenganchados los extremos de los cables, y procedimos a conectar de nuevo el sistema. Acto seguido descubrimos que con eso no bastaba ya que los cables circulaban por unos conductos obstruidos por gran cantidad de grasa muy deteriorada y que además estos tubos tenían unas curvas muy cerradas. Esto provocaba que para actuar sobre las palancas tenías que ser un auténtico titán. Baste deciros que sólo uno de nuestros socios -no revelaremos la identidad del forzudo- era capaz de tirar de la palanca lo suficiente y en ningún caso se podía hacer esto mientras se conduce el vehículo, ya que requería de las dos manos. Ahora hemos reemplazado el cable, engrasado lo justo, y sobretodo colocado dos pequeñas poleas que permiten reducir mucho la fuerza a aplicar y reducen el deterioro del cable.
Lamentablemente, tras el primer y positivo arranque del automotor detectamos unas pequeñísimas fugas en los depósitos de combustible, así que procedimos a descolgarlos para subsanar esos desperfectos. Aprovechando la situación de la extracción de los dos depósitos (gemelos, intercomunicados por su parte más baja y alojados unos centímetros más elevado uno que otro para conseguir la total disponibilidad del combustible) procedimos a limpiarlos interior y exteriormente, a pintarlos y a ver qué demonios pasaba con el sistema de medida del combustible que no funcionaba y no habíamos abordado aún por no considerarlo prioritario.
Se han lavado a conciencia eliminando todos los posos del interior; se han solventado las pequeñísimas fugas y hemos averiguado qué sucedía con el indicador de combustible: el aforador estaba desconectado y además averiado. Mientras solucionamos el tema del aforador (estamos reparando el viejo y buscando posibles sustitutos por si lo de la reparación no es todo lo satisfactoria que deseamos.
Entre tanto nos hemos puesto con la calefacción. El calentador, un WEBASTO muy habitual en el ferrocarril, funcionaba de un modo bastante deficiente debido a la gran cantidad de suciedad que tenía acumulada y un cableado deteriorado. Ya está completamente limpio, con su estructura pintada, y recableado. Lo hemos probado tanto fuera del tren como dentro y además de estar contentos con el trabajo podemos afirmar que el tren tiene una poderosa calefacción instalada.
Por último comentamos que hemos comenzado a montar la iluminación interior, esta vez de modo definitivo, en los espacios donde el montaje del techo lo ha permitido. Esperamos en próximos días, si la lluvia lo permite, el primer depósito de gasoil, uno de los selectores de marcha y alguna cosa más.
Estamos de vuelta.