Por más que insistáis, aquí seguimos, molestando. No queremos ser pesaditos con lo de la masilla, pero es que está siendo muy «heavy» el tema. Hoy se ha llevado media latita más de masilla, y ya hemos perdido la cuenta de cuantas llevamos.
Además seguimos lijando por aquí, saneando por allá. Las cosillas típicas, la tropa escasea con esto del verano, pero bueno aquí seguimos. Hoy además ha tocado reparar a nuestra querida Lulubelle, que no es otra cosa que la máquina de agua caliente a presión Karcher que tenemos desde hace cosa de año y medio. Funciona como una leona, pero de vez en cuando hay que hacerle alguna reparación, y más hoy que hemos descubierto que en el Museo habían cambiado una de las fases de 380 y la pequeña Lulubelle giraba hacia atrás… mal rollo.
Reparada Lulubelle, la hemos estado probando limpiando el techo del automotor. Por sorprendente que parezca, pese a tener menos de un año de vida la nueva cubierta entre las palomas, gorriones, golondrinas y algún pterodáctilo (visto el tamaño de los «regalitos») y sus correspondientes excrementos, el techo del Zaragoza estaba hecho una pena y ya desprendía unos olores… Nuestro segundo atentado contra la madre naturaleza ha sido aniquilar un avispero que nos había crecido en el almacén «J» que tenemos. No tenemos fotos de los hechos, para evitar la denuncia del SEPRONA más que nada, pero ver al que escribe con el anorak de ADIF hasta las orejas, guantes, mascarilla y gafas de seguridad con los 35 graditos hablando cual astronauta no tiene precio.
Antes de irnos a casa algunos pasaremos por el Leroy Merlin que andamos como chiquillos viendo bicicletas nuevas, sólo que nosotros estamos mirando compresores.
Besos tropa.